The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom


Esperamos mucho tiempo la secuela de Breath of the Wild, pero valió cada segundo. The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom es una obra que llegó a superar lo establecido, revolucionó algunas mecánicas y nos presentó un mundo lleno de posibilidades.

Es difícil escribir sobre un juego del que se ha hablado mucho, todo mundo sabe su grandeza y pocos se atreven a cuestionarlo. Si bien creo que es el juego del año, no es perfecto. Esto ya lo he comentado con amigos y en mis redes sociales; hay cosas que no me gustan, pero a la vez, es una de las mejores experiencias que he vivido en los videojuegos.

El inesperado regreso del rey demonio

Los eventos de esta entrega suceden después de Breath of the Wild. El juego inicia cuando Link acompaña a Zelda en la exploración de los cimientos del castillo de Hyrule, lugar en donde perciben maldad conforme avanzan. Al final del camino se encuentran a un extraño cuerpo momificado, el cual despierta y libera un gran poder con el que ataca a nuestros héroes, rompiendo la Espada Maestra e hiriendo a Link en el proceso.

Con la Princesa perdida y un brazo malherido, Link deberá emprender un viaje para encontrar a Zelda por cielo, mar y tierra. Conocerá nuevos personajes, nuevas mecánicas y un sinfín de caminos. Esta es sin duda la entrega más grande de la saga.

Sus bondades se cuentan por montones

Me gusta que hayan reutilizado el mapa de Breath of the Wild para darle continuidad al mundo; tiene pequeñas modificaciones y cuenta con capas para hacer mucho más grande a Hyrule con ayuda del vasto subsuelo y las islas celestes.

Las físicas son maravillosas; cada mecánica o movimientos que usamos con nuestras nuevas habilidades lo confirman. Es impresionante cómo se mueven los objetos, rocas, enemigos e incluso Link; no recuerdo haber visto algo con este nivel de precisión. ¡Es verdaderamente espectacular! Y ya que tocamos el tema de las habilidades, éstas suplantan a los de la tableta sheikah del juego anterior, lo cual me gusta mucho. Los desarrolladores tuvieron un gran nivel de ingenio para crear nuevos acertijos con la Ultramano, Infiltración, Combinación, Retroceso y demás. Es un deleite ir descubriendo nuevas mecánicas y creo que pocos extrañamos a las anteriores, porque las nuevas pueden replicar lo que hicieron y superarlas.

Otra de las cosas que más me gustan de Tears of the Kingdom es su ambientación. El juego me relaja a montones, podría pasar horas paseando por los bosques, escuchando las olas del mar y tomando un baño en las aguas termales. Esto es gracias a su espectacular sonido ambiental y música, que se mezcla con el escenario. No hay pierde en este sentido, pues acompañado de bellas visuales este título nos regala una de las mejores experiencias que he vivido en un juego.

Sus combates están llenos de adrenalina, son más difíciles que antes. Siento que con uno o dos golpes pueden arruinar tu partida si no vas bien preparado, el juego te invita a conseguir más corazones y mejorar tu equipo; así como llevar buenos platillos para no quedar desamparado.

Para terminar con los puntos a favor, amé tener de vuelta a los santuarios y los kologs. En esta nueva era de Zelda, es difícil olvidar los retos que acompañan a los santuarios, cada uno de ellos nos ofrecen ingeniosos acertijos o combates (con excepción de los llamados protección de Rauru). En cuanto a los kologs, ¿qué les puedo decir? Espero obtener todos algún día, me encanta la idea de tener algo qué hacer en cada rincón de Hyrule. Lucharé por aquel ¿trofeo?

Es difícil admitirlo, pero no es perfecto

No voy a entrar en detalles para no arruinarle la experiencia a nadie, pero si bien disfruté su historia, hay una serie de contradicciones con la saga en general, e incluso con Breath of the Wild. Quizás no sean cosas importantes para la historia del juego, pero vaya que me hacen ruido. Incluso hay elementos del juego anterior que desaparecen sin explicación alguna.

Más allá de haber estado ilusionado con templos y calabozos tradicionales, nos presentaron algo muy similar a las bestias divinas. Creo que estos nuevos templos son algo genéricos y les falta personalidad; son fáciles, de hecho, demasiado para mi gusto.

Anteriormente hablé de lo mucho que me gusta el mapa de Hyrule para esta etapa de Zelda, está lleno de referencias a toda la historia de la saga, pero hay momentos en que ciertos lugares los siento excesivamente grandes. Es difícil explorar cada rincón en busca de secretos y a veces llega a ser tedioso.

A pesar de los detalles...

Todavía hay mucho qué comentar sobre esta aventura, que a pesar de todos los puntos buenos y malos que comenté, la considero como lo de mayor nivel que he jugado en años (probablemente Xenoblade Chronicles X le haga algo de ruido). Sin dudarlo, creo que es el mejor Zelda de todos, pero en un punto muy personal aún no tumba del pedestal a Ocarina of Time como mi favorito. Para ello tendrían que mejorar los puntos negativos que describí.

Me tomó 250 horas para acabarlo y lo que me falta por explorar es inmenso. Todavía tengo Zelda: Tears of the Kingdom para rato, es por todo esto que lo considero ¡EL MEJOR JUEGO DEL 2023! 🍄

Comentarios

Diego Z. ha dicho que…
El mejor juego del año. :'^)

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