The Legend of Zelda: Breath of the Wild

Esta es una de las aventuras más épicas de Link

Ha pasado un tiempo desde que terminé Zelda: Breath of the Wild en Wii U, sin duda ha sido una de las mejores experiencias que he tenido como jugador. Este juego llegó para cambiar el rumbo de la serie, nos presenta una bella Hyrule ambientada en un mundo abierto que se siente lleno de vida en su naturaleza.

Durante muchos años estuvimos esperando su lanzamiento en Wii U, pero después de algunos retrasos, se confirmó que también iba a llegar para la flamante Nintendo Switch. Recuerden bien la fecha, porque el 3 de marzo de 2017 hizo historia al recibir al que se ganó el título como mejor juego del año.

Esta aventura da inicio después de un letargo de 100 años. Link despierta y recupera el conocimiento, pero se da cuenta que ha perdido la memoria. Ahora, recibe instrucciones de la Princesa Zelda para poder recuperar sus recuerdos y a la vez, salvar Hyrule equipado de la ingeniosa tableta Sheikah y de todo lo que se encuentre en su camino. Aquí inicia nuestro viaje, con un vasto y fascinante mundo por explorar.

Es curioso cómo el juego nos narra la historia. Por ser un mundo abierto, ésta no puede ser tan fluida, tú eliges a dónde ir a buscar los recuerdos y si quieres, descubrirla en su totalidad, aunque esto no sea necesario. Por primera vez se animaron a narrarla con actores de doblaje y lo mejor de todo es que el trabajo lo aplicaron en Latinoamérica y ahora tenemos a una princesa Zelda que habla nuestro español ¡y es genial! Esto fue una maravilla, tener este juego doblado en nuestro idioma es sensacional.

Breath of the Wild brinda libertades como ningún otro, puedes realizar innumerables tareas sin estresarte por completar la aventura. Ese aspecto es el que hace grande a esta entrega, disfrutas recolectando hongos, cazando, paseando por los pueblos, recorriendo los campos, en fin, hay tantas cosas por hacer a las que le podrías invertir horas y después de todo ese tiempo seguir satisfecho.

Nuestros caballos son muy valiosos para el viaje

Desde mi punto de vista, lo que hace bastante divertido y adictivo lo que acabo de mencionar, es la jugabilidad, sin ella este juego no sería nada. Tomaron el control típico de Zelda y lo modificaron: quitaron el rodar, pero a cambio, Link puede brincar en todo momento. También mejoraron la barra de estamina que vimos por primera vez en Skyward Sword, ahora podemos escalar las paredes y si somos lo suficientemente ingeniosos, podemos llegar a cualquier punto. Otro elemento que trajeron del juego de Wii y elevaron a la máxima potencia es la paravela, ya no puedo imaginar un Zelda sin ella. Gracias a todo lo anterior, el control es muy fluido. Algo que también se lleva las palmas son las físicas, hasta ahora creo que es el trabajo más impresionante en ese sentido que he visto, lo vemos reflejado en todos lados: armas, objetos, enemigos y elementos del terreno como rocas o madera; entre una infinidad de cosas más.

Nintendo logró hacer un buen trabajo desarrollando este título en Wii U, pues si bien la versión óptima se encuentra en Switch (aún no la pruebo), se logró llevar todo su esplendor a esta consola. Visualmente es espectacular, todo este departamento está bellamente llevado de la mano con un apartado sonoro de primer nivel, el mundo se siente vivo, es como estar ahí y muy en concreto si se juega con audífonos.

Sin embargo, tenemos algunas dificultades técnicas. Breath of the Wild sufre de caída de frames, un problema que se presenta a menudo y de forma tediosa si no actualizas el juego, pero después de hacerlo, mejora bastante, pero no los elimina. Eso sí, en lo que a mí respecta, con la actualización se puede jugar sin problemas.

Tendrás muchas armas y equipo a tu disposición.

La dificultad del juego va aumentando para todas las zonas conforme avances, esto quiere decir que a como vayas dominando el juego y te hagas experto, cuando visites zonas en las que no hayas estado previamente, éstas tendrán la misma dificultad general, por lo que te garantiza que no llegues más poderoso a zonas que dejaste atrás.

Como estamos ante un mundo abierto, teníamos la duda de qué iba a pasar con los calabozos, ¿serían como en los juegos anteriores? Pues finalmente se quedaron en el pasado, aquí nos presentan a las colosales bestias divinas, lugares que toman ese rol, pero que para mi gusto son algo genéricas en apariencia, aunque por dentro cuentan con acertijos interesantes. Además de estas cuatro bestias, están los santuarios Sheikah, que son uno de los puntos medulares del juego y que representan la aventura de Link a la perfección. Estos enigmáticos lugares nos pondrán a prueba con ingeniosos retos que nos darán recompensas.

Durante mucho tiempo y mientras jugaba esta obra tenía la duda de si era mi Zelda favorito. Dicho título lo ostenta el grandioso Ocarina of Time, pero no quería sacar una opinión apresurada, decidí esperar a pesar de que estaba sintiendo que Breath of the Wild se encaminaba a ser el juego de mi vida.

Habrá un sinfín de lugares para disfrutar

Este sentir cambió una vez que llegué al castillo y después de tener la batalla final lo mantuve así. Creo que la dificultad del juego en esa parte es nula y lo peor de todo es que me decepcionó un poco la batalla contra el jefe final. Después de tener batallas finales épicas en juegos como Ocarina of Time, The Wind Waker, Twilight Princess e incluso Skyward Sword, este enfrentamiento me dejó mucho que desear.

De este modo y viendo el panorama general, siento que Ocarina of Time sigue siendo mi Zelda favorito, pero eso no significa que Breath of the Wild sea un mal juego. Por el contrario, mi comentario fue simplemente porque es un tema que se ha estado discutiendo y no quise dejarlo pasar. Sus bondades lo hacen un título para disfrutar durante mucho tiempo y lo que se venga de contenido descargable hará que perdure por muchos años más, posiblemente sea el mejor juego que tenemos en Wii U y sin duda, es una experiencia que jamás olvidaré.

The Legend of Zelda: Breath of the Wild es considerado el mejor juego del año, pero para mí, debe ser el mejor de la década.